Es difícil no encontrar algo interesante en una tienda de antigüedades. Aunque, de entrada, no sea una de tus aficciones reconocidas, si miras con detalle, es seguro que verás cosas que llamarán tu atención. Es un mundo con mucha variedad, donde conviven objetos tan distintos, algunos raros, otros más conocidos pero todos con encanto. Los coleccionistas disfrutan rebuscando ese pequeño tesoro que, a veces, se resiste a aparecer. El coleccionismo abarca todo lo imaginable, desde cajas de cerillas a las piezas más valiosas por material o ejecución, pero el valor material no es lo que más motiva al coleccionista. Es el placer de encontrar las piezas deseadas y buscadas, cuidarlas, darles su sitio y disfrutar de ellas sin importar su humildad o su valía.
miércoles, 28 de abril de 2010
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